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De dónde proviene la data que permite seguir en tiempo real la carga cuando se encuentra en tránsito

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Hace siglos que el ser humano comenzó a importar de diferentes partes del mundo. El sillón de la casa, el computador que se encuentra en el escritorio y los componentes del microondas, son algunos ejemplos de aquello. Rara vez nos preguntamos de dónde provienen, ya que solemos adquirirlos en tiendas que se ubican en territorio nacional, obviando todo el proceso que se encuentra detrás.

Sin embargo, lo más probable es que estos productos hayan cruzado varios océanos para poder llegar al país. Antiguamente, se pensaba que el tramo más difícil era la última milla, ya que la mercadería debía salir desde el puerto y deambular por la ciudad hasta la puerta del consumidor final. Con la llegada del Covid-19, la logística para que llegaran las cargas se volvió cada vez más importante y surgió la necesidad de obtener visibilidad de ciertos procesos. Por ejemplo, conocer dónde se ubicaba específicamente la mercancía en el mundo, permitía, dentro de la incertidumbre mundial, anticipar quiebres de stock y prometer la llegada de los productos para poder prosperar con el negocio.

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A continuación Nicolás Rivas, Head of Data & BI y Gabriel Gurovich, CPO, de KLog.co, explican cuáles son las fuentes que permiten la trazabilidad de las mercaderías y qué factores pueden distorsionarlas.

Fuentes primarias para obtener data de trazabilidad

Si bien desde que se comenzó a implementar la tecnología en el comercio internacional se puede seguir en tiempo real la carga, o al menos conocer el estimado de en qué país o estado se encuentra, estas aproximaciones pueden fallar. Ahí es cuando uno comienza a preguntarse, de dónde se obtiene la data que permite esta trazabilidad.

Los barcos cargueros solo entregaban algunos datos, como posición y velocidad, para anticiparse a las corrientes marinas y así ajustar la velocidad de los buques. El capitán era el único que tenía la autorización de entregar información durante el tránsito y en base a su experiencia, poder anticipar cambios en las fechas de entrega, dependiendo completamente de su criterio. Por lo que si el capitán se olvidaba de actualizar la posición, afectaba directamente los datos que manejaban aquellos interesados.

Hoy en día, gracias a la digitalización, hay cuatro opciones que son las responsables de que los usuarios puedan rastrear sus mercaderías:

Global Positioning System (GPS)

El GPS es un sistema que permite localizar un objeto o persona sobre la Tierra con precisión, a través de satélites. En el mundo del comercio internacional, este tipo de localización se utiliza en el transporte marítimo y aéreo de carga, y requiere de una triangulación de tres satélites. Por lo que, si en algún momento pierde cobertura de esos tres, lo que anuncia el GPS posee cero precisión, yendo en contra de las normas impuestas por las diferentes autoridades de la navegación aérea y marítima, que no lo aceptan como un aparato de posicionamiento formal.

Los barcos, al igual que los aviones, deben comunicarse correctamente para evitar colisiones u otro tipo de encuentros, por lo que transmitir esta información es crucial. Cuando el GPS deja de estar triangulado por satélites, lo que antes eran datos duros, se convierten en solo información estimada, y no precisa, entregada por algoritmos, matemática y sensores locales.

Automatic Identification System (AIS)

Este tipo de sistema permite a los buques comunicar su posición y otro tipo de datos relevantes para que otros barcos y estaciones puedan conocerlos. A diferencia del GPS, este no requiere triangulación de satélites, sino que solo basta con uno. Este permite conocer su identidad, es decir, qué nave corresponde a cada una de las que se encuentran en tránsito, a qué velocidad se encuentra y su posición más exacta, opera como un transmisor-receptor, tipo radar, recibiendo además toda la información de lo que está cerca del buque.

Este sistema existe desde antes que se masificaran los GPS, y funcionaban con antenas para conocer qué naves estaban en mar. Hoy en día también lo utilizan los botes pesqueros para regular que no estén rompiendo las millas máximas asignadas.

Este mensaje que emite el sistema tiene un largo máximo, con el objetivo de poder comunicar bien la información, durando 26 milisegundos. En él se debe detallar la identidad del buque, la velocidad y posición, permitiendo que el algoritmo analice también los datos y los entregue con mayor precisión a aquellos que se encuentran en el mismo radar mediante alertas y algunas reacciones. Un ejemplo de aquello, es un escenario que puede suceder, cuando un barco se acerca a otro pudiendo colisionar, se enciende una sirena de alerta, gracias a inteligencia artificial, evitando este accidente, que se puede producir generalmente cuando hay mala visibilidad.

Long Range Navigation (LORAN)

El LORAN es un sistema de ayuda a la navegación que permite transmitir desde tres o más transmisores para determinar la posición del receptor. Este funciona a través de antenas no direccionales (envían señales en 360°), que se ponen en algún punto estratégico cerca del mar con buena cobertura.

Este método nació en 1957 cuando el ejército de Estados Unidos implementó antenas no direccionales Beacon y sistemas LORAN para que sus flotas supieran dónde estaban y navegaran. Desde el año 70’ que este método es el oficial para que los barcos informen su posición, esto ya que las antenas están coordinadas entre sí y transmiten un pulso. El tiempo que se demoró en llegar ese pulso al barco, permite fijar entre dos antenas la posición extremadamente precisa. Esto también funciona en aviones con coordenadas y permite conocer la posición.

La antena transmite en una frecuencia relativamente baja, entre 90-110 kilohertz, por lo que, según explica Gabriel Gurovich, CPO de KLog.co, esto permite que no se pierda la señal al rebotar en la atmósfera y luego en la tierra recorriendo el mar, para luego dar la vuelta por el Planeta completo. Es de alto alcance con potencia baja, capaz de atravesar todo fenómeno meteorológico.

Sitios web de navieras

Las navieras son compañías que ofrecen sus servicios para transportar carga por vía marítima, disponiendo de buques portacontenedores que transitan de puerto a puerto.

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Aquellas que se han digitalizado poseen un sistema de tracking que permite seguir en tiempo real la mercadería. En esta también se encuentra toda la información que no es posición, como fecha estimada de llegada al puerto de destino, dato de si el contenedor se subió o no en el barco, y su estado en general. Igualmente con los Freight Forwarder como KLog.co, que poseen plataformas digitales que permiten la trazabilidad de los embarques y sus estados en general.

Factores que distorsionan la trazabilidad de carga en estas fuentes de data

Gracias a la tecnología podemos tener estas fuentes de datos que permiten a los usuarios obtener mayor control y visibilidad del movimiento de sus cargas. Sin embargo, hay dos factores que pueden afectar la trazabilidad de la mercancía a pesar de las varias fuentes de datos. Estas son:

Falta de precisión en qué hay dentro de la nave

El capitán de los buques portacontenedores no está constantemente revisando qué contenedores fueron bajadas de la nave y cuáles se quedaron arriba, es un operario de la naviera que finalmente debe entregar un reporte, ya sea pistoleando los códigos de contenedores o pasando un documento al final de la jornada para que sea cargado y traspasado a un sistema. Por lo que, si uno se quedó abajo, el importador probablemente esté siguiendo un barco que no transporta su carga.

Delay en carga de datos

Si bien las navieras, en temas de tracking, actualizan todos los datos relevantes, a veces pueden hacerlo desde 7 a 15 días después, entregando una fecha estimada de llegada cuando la nave ya arribó. Estos datos dependen completamente de la compañía portuaria, que si por ejemplo hay un brote de Covid-19 o una huelga, pueden surgir estos factores, de que nadie se encarga de informar, lo que traerá como consecuencia que el importador no pueda mantener el control de tu mercadería.

Solución de KLog.co

La data no es solo oficial y concreta del problema, sino que con toda la trayectoria de operaciones que KLog ha gestionado durante más de 10 años de historia en la industria, se pueden comenzar a correlacionar los datos. Mientras más experiencia tenga, se pueden predecir más fenómenos e imprevistos. El clima, por ejemplo. Si ya son 10 años transportando carga desde Asia a Perú, en el caso de haber una tormenta en camino a destino, se puede saber cuánto, basado en data histórica, se han retrasado estas naves para poder estimar de forma más precisa las nuevas fechas de entrega. Lo mismo con posibles huelgas en puertos, aquellos que trabajan a media capacidad por Covid-19, que permiten cruzar y estudiar estos datos para encontrar factores que permitan anticiparse a fenómenos que aún no han ocurrido.

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Si bien nadie puede predecir el clima en más de 15 días, esto permite cancelar los errores y solo analizando esta data concerniente a la logística, el algoritmo es capaz de encontrar estas correlaciones que al ser humano jamás se le van a ocurrir, ya que considera todas las variables posibles, para poder anticipar y predecir mejor.

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