¿Te gustaría iniciar un emprendimiento? ¿Tienes una idea novedosa y no sabes cómo aterrizarla?
¡Felicidades, estás en el lugar correcto! Pues hoy te contaremos cómo iniciar una startup sin fracasar en el intento.
En un mundo cada vez más tecnológico, la startup es una de las primeras opciones de un emprendedor al momento de buscar nuevos caminos para innovar.
Pero, ¿qué significa este concepto y cuáles son sus características? Te lo explicamos a continuación:
Una startup es un nuevo modelo de negocio que se enfoca en la creación y desarrollo de un producto o servicio innovador que satisface una necesidad en el mercado. Se le considera una “empresa temporal”, ya que su propósito es convertirse en una gran empresa o, por el contrario, ser vendida o cerrada. Tiene el potencial de crecer rápidamente y puede generar mayores ingresos en menos tiempo, comparándola con una empresa tradicional. Además, suele estar muy relacionada con el mundo tecnológico, siendo este su escenario ideal para escalar.
La mayoría de las startups pasan por varias fases diferentes a medida que se desarrollan, ¡y es que todo el tiempo están surgiendo nuevos desafíos, tendencias y necesidades a las que hacerle frente!
En consecuencia, conocer las etapas por las que pasará tu empresa te podrá ayudar a encaminar tu idea por el camino correcto.
La fase de pre–semilla es el punto de partida de una startup: el momento en donde se concibe la idea sobre la que se desea trabajar, pero que aún no se ha materializado en un producto o un modelo de negocio viable.
En esta etapa, no solo es importante buscar colaboradores y socios para asegurar la financiación y poder ejecutar el proyecto, sino que también documentar la propuesta y demostrar su factibilidad a través de un sólido plan de negocios.
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Este es uno de los períodos críticos en el desarrollo de cualquier proyecto ya que la idea se comienza a concretar. Esto, por supuesto, tras una serie de estrategias para validar el modelo de negocio.
Es común la inversión de dinero para poder iniciar y, así, empezar a testear el servicio o producto con el target objetivo.
Ya conociendo la percepción de los consumidores respecto al producto o servicio, se pueden atender todas las oportunidades de mejora identificadas en la interacción anterior.
En este ciclo es fundamental para la startup concretar el proyecto y transformarlo en un producto tangible que pueda escalar en el futuro. Para esto, se deben establecer alianzas, buscar financiamiento y encontrar proveedores confiables.
Por otro lado, es esencial reconocer las características más destacadas de la empresa joven y planificar estrategias efectivas para lograr su crecimiento, por ejemplo, campañas publicitarias, marketing digital u otras herramientas que resulten útiles para atraer al cliente potencial.
¡Felicidades! La startup ya está consolidada y cuenta con un producto robusto, estadísticas medibles y datos relevantes para su operatividad. Esto permite identificar las mejoras o adaptaciones necesarias para este y desarrollar metodologías que faciliten la obtención de beneficios y un crecimiento sostenido.
Para lograr este objetivo, es fundamental mantener un flujo de caja positivo que proporcione la liquidez necesaria para llevar adelante estas nuevas ideas y atraer a más clientes. Por esta razón, es frecuente que en esta fase comience la contracción de personal y se busque financiamiento externo para garantizar la supervivencia de la startup.
Una vez la empresa joven se halla fuertemente consolidada en el mercado, es momento de ir en búsqueda de nuevas chances donde expandir la idea de negocio a nivel internacional.
Este período puede ser arriesgado, pero si se realiza de manera cuidadosa y adecuada, puede llevar a la empresa a nuevos mercados, nichos y, por ende, ingresos.
En esta línea, la financiación podría ser una buena opción, por lo que se necesita encontrar nuevos inversionistas interesados en el negocio o bien, reinvertir el dinero propio si es posible.
Eventualmente, toda startup llegará a su fin, ya sea a través de su venta, fusión con otras compañías más grandes o bien, al crecer exponencialmente y transformarse en otro tipo de negocio.
Una vez que analizamos cuáles son las etapas de vida de una empresa joven, explicaremos qué pasos debes seguir para crear una desde cero.
Tener una buena idea de negocio es clave para el éxito de una startup, y para ello, hay que comenzar con una serie de cuestionamientos y preguntas relativas a cómo se venderá el producto o servicio, en qué se diferencia de otros, quién es el target, por qué comprarían el producto o servicio, quiénes son nuestros competidores, etc.
En síntesis, el emprendedor debe ser capaz de contar y describir su propuesta de valor con seguridad, consistencia y claridad.
Tenemos el modelo de negocio y sus características, ¿pero luego qué?
El siguiente paso es analizar y evaluar el mercado de manera cuantitativa y cualitativa, buscando conocer el tamaño de este, tanto en valor como en volumen; segmentos de clientes; patrones de compra; debilidades y fortalezas.
Una vez tengamos el panorama completo, sabremos qué hay, a qué nos enfrentamos y cuál será nuestro objetivo.
Saber a quién se dirigirá el producto o servicio es fundamental para planear estrategias, y para esto, una buena técnica es definir al “Buyer Persona”: una representación ideal del cliente al que deseamos apuntar.
Un análisis completo de nuestro cliente idóneo debe contemplar la personalidad, metas u objetivos, puntos de dolor, canales de comunicación que utiliza, qué lo motiva a comprar, qué contenido prefiere consumir, cuántos años tiene y cuáles son sus hobbies o intereses.
Toda startup debe construir su negocio en paralelo a su marca, pues esta le dará la identidad.
En este punto, debes definir cómo quieres que tus clientes te perciban, por lo que tu marca debe ser completa, transparente y fácil de identificar. En esta línea, debes elegir el nombre de la marca, desarrollar su estética y crear canales de contacto para comunicarla.
Las mejores empresas están formadas por los mejores profesionales, y una startup no es la excepción.
En este paso no solo hay que elegir dónde vamos a trabajar —que puede ser en sitios de coworking, aceleradoras de startups u oficinas compartidas—, sino que también hay que contratar a personas de confianza para desarrollar la idea de negocio.
Llegó el momento de testear el modelo de negocio y decidir cuáles aspectos funcionan y cuáles no.
Es importante seguir una serie de protocolos para conseguir el “Producto Mínimo Viable” con las mejores garantías y en el menor tiempo posible. Esto permitirá estimar costes, tiempo e idoneidad para el target.
Antes de lanzar una startup, es importante validar las hipótesis en las que se basa el modelo de negocio para evitar construir una empresa sobre ideas equivocadas.
Para confirmar estas suposiciones, se deben diseñar diferentes experimentos y pruebas que nos permitan evaluar los canales de captación y la viabilidad del modelo de negocio.
Financiar una startup puede ser una tarea complicada, ¡pero no imposible! El objetivo principal es obtener fondos para poner en marcha el proyecto empresarial, y para lograrlo, existen varias formas de financiamiento:
– Ronda Semilla: Es la financiación inicial que se basa en la confianza y conocimiento. Por lo general, proviene de familiares y del entorno cercano.
– Business Angel: Se trata de inversores privados que financian la startup después de su lanzamiento.
– Préstamos o créditos bancarios: Los bancos también son una opción para obtener financiamiento, pero se requiere un plan de negocio muy sólido y con resultados positivos para poder acceder a este tipo de crédito.
– Crowdfunding: Se trata de una forma de financiamiento colectiva a través de plataformas en línea que permiten agregar proyectos y sus necesidades. Los usuarios son los que aportan capital.
– Bootstrapping: Proviene del dicho "amarrarte tus propias botas", que hace alusión al autofinanciamiento de una compañía por sus propios méritos y recursos, permitiendo ser más conscientes con los costos involucrados y haciendo que el crecimiento sea sostenible. Un ejemplo de una startup que se financió así en sus inicios es KLog.co, hoy, un líder innovador en la digitalización del transporte internacional de carga.
KLog.co es la principal compañía tecnológica para el transporte internacional de carga en Latinoamérica, la cual a través de su plataforma digital ha logrado entregar visibilidad completa y control del proceso de importaciones y exportaciones para empresas de todos los tamaños y rubros.
A través de su innovador software es posible fusionar todos los pasos de la cadena de suministro, teniendo capacidad total de gestión y visibilidad del transporte de mercancías, aun si tienes movimientos con otros agentes de carga. Debido a estas soluciones tecnológicas puedes tener un centro de control totalmente personalizado, centralizando todos los embarques y optimizando la cadena de suministro.
Hoy en día, KLog.co apoya a clientes con operaciones en toda la región, contando con cientos de agentes en todo el mundo. Actualmente, sus oficinas se encuentran en Chile, Perú, Bolivia y México, y trabajan de forma constante para seguir expandiéndose.
Conoce más en KLog.co
Fuentes:
https://leanfinance.es/como-crear-una-startup-pasos-a-seguir/
https://bloo.media/blog/como-crear-tu-startup/
https://kambista.com/emprendimiento/como-crear-una-startup-desde-cero/
https://uddventures.udd.cl/blog/c%C3%B3mo-crear-una-startup-7-claves-para-lograrlo